Mi secuencia de novios ha sido el resultado de un minucioso casting, tras el cual, la fase final estaba reñidísima. El finalista se llevaba el polvo de consolación una tarde de lluvia que yo había discutido con mi novio.
El único fin que justifica los medios, quererse. Ni querer, ni ser querido, quererse desde, por y para siempre.
Ahora empieza lo bueno, o quizá ya haya empezado, ahora todo me da igual. A partir de ahora voy a perseguir lo que quiero y hasta que no lo tenga, no pararé, no me importan los obstáculos, ni las dificultades, ni las hostias que me dé la vida... Lo conseguiré, no sé como, pero lo haré.
Todo esto se veía venir... Yo lo tenía asumido y ahora, por fin... LA HISTORIA VUELVE A EMPEZAR.
No me voy a rendir, no voy a volver a fallar o por lo menos, en lo mismo otra vez no, he aprendido suficiente, he tomado de mi misma medicina y no hay nada como eso para crecer como persona.
Mi nueva vida empieza... ¡Allá voy!